jueves, 27 de agosto de 2009

Nada Personal

Me gustan las palabras probablemente más que las mujeres, con las palabras me confieso, lloro, odio, detesto, camino, corro, gateo, fornico, beso, babeo, vuelvo a besar y a fornicar. Con las mujeres no hay confianza, siempre preguntan, siempre cuestionan, no están de acuerdo con las periódicas desapariciones, se molestan cuando por leer dejo de verlas, quien las entiende dirían por hay…. Por eso desde hace meses decidí dejar de hacer el amor, hora, yo nomas busco sexo, cuando se quieren embalar en mi vida les suelo decir que la pasión por definición no puede durar que se vayan a estibar lo que no quiero tener allá con los que se ilusionan por primera vez.

Palabras hay de todos los sabores, como también mujeres de todos los colores y olores. Dulces, agrias, desabridas, blancas, negras, rojas, rosas.

Me gusta la palabra olvido, pero más me gusta memoria, ambas tienen una carga poética amplia; no me gusta nostalgia porque esa implica que hubo algo mejor y si lo hubo no me acuerdo o no me quiero acordar…

San Antonio de nuevo se para sobre los píes, la cabeza esta despintada… y despintada se quedara.

Amor intrínsecamente lleva dolor, y un acoston si acaso me deja algo de sudor…

El agua se llevo al drenaje tu olor, el agua quitó de mi cuerpo tus besos, se llevo tus caricias que entre la mierda hoy están…

Esto no es nada personal…

domingo, 2 de agosto de 2009

¿Cómo vivir un día sin ti?

¿Como vivir un día sin ti? Ya no me acuerdo del día en que se te ocurrió partir; no sé si fue lunes o domingo. Que importa el día dirían todos, pero, en verdad que es importante. Los lunes despertábamos a las seis (después de oler tu cuerpo entre suspiros, de acariciar tus pechos en la penumbra, de buscar tus labios bajo las sabanas, de amarte en la obscuridad) tu a lo tuyo y yo a lo mío. Unos huevos y un café para emprender las aventuras de aquel día. Tu en la facultad yo, lejos de la ciudad. Las horas se iban como se van las bocanadas del porro de cada mes, lento, más lento de lo que debían; el humo casi siempre me da tiempo para pensar en ti, los minutos anunciaban a cada rato tu ausencia, la siguen anunciando hoy que ya no estás.

El domingo era aun mejor; levantarnos tarde, desayunar fuera, comprar la despensa, visitar a los amigos, pelearnos por el ordenador y lo que es mejor reconciliarnos haciendo el amor. Dormir tarde pa despertar temprano se volvió sano a tu lado, el domingo es más difícil sin ti, sin tus caderas contoneándose al andar, sin tu odiosa voz durante el fut.

Cómo vivir cuando no estás, cómo esconderme de la realidad, cómo contestar las incomodas preguntas que todos hacen, cómo decirles que ya no estás. He pensado en todo, hasta en jugarme la vida en una Ruleta Rusa, la vida es como la- ruleta rusa- o te toca o no mas no.

Ya no hago lista pa el mercado, ya no hay ni huevos ni café, ya no hay desayunos en el mercado.

Te fuiste y te llevaste al hogar.

Y cuándo el pendejo vecino panzón con el asqueroso aliento a cerveza del sábado anterior pregunta: ¿Cómo vivir sin ella? Frunzo el ceño, aprieto el puño, trago saliva para no romper mi voz, y, aprieto el culo para contener las lágrimas que se me quieren salir, y, le contesto:

Como si ella estuviera aquí.