domingo, 15 de mayo de 2011

Decir adiós

Hoy no escribo, hoy soledad, comparto:

Decir Adiós

Acércate y al oído te diré adiós.
Gracias por que te conocí, por que acompañaste
un inmenso minuto de existencia.
Todo se olvidará en poco tiempo.

Nunca hubo nada y lo que fue nada
tiene por tumba
el espacio infinito de la nada.
Pero no todo es nada
Siempre queda algo
Quedarán unas horas, una ciudad,
el brillo cada vez más lejano de este maltiempo.

Acércate y al oído te diré adios. Me voy
pero me llevo estas horas.

José Emilio Pacheco

sábado, 7 de mayo de 2011

Alguien te quiere


Extraño no saber de ti el viernes por la noche,
extraño que te extrañe cuando tengo tan poco de pretenderte,
extraño que en sábado por la mañana te busqué,
extraño pero cierto es que te extraño.

miércoles, 4 de mayo de 2011

000

Correr por caminos que no conoces
caminar sabiendo que no es el camino
hablar sin pensar las palabras usadas
besar sin control a quien no se ama
desfogar las ganas en una loca noche
faltar al trabajo puntualmente
no dar señales de racionalidad
dejar ver al vouyerista
emborracharse con el borracho
no siempre, no siempre
es lo que te dicen que es

lunes, 2 de mayo de 2011

Decir un te quiero

Decir que te quiero es pedir al viento que susurre a tu oído

Decir que te quiero es tocar a tu puerta cada mañana

Decir que te quiero es gritar al silencio lo que siento

Decir que te quiero es más que solo dos palabras

Decir que te quiero es llevar los verbos al gerundio

Decir que te quiero es ponerle nombre al sentimiento

Decir que te quiero es correr sin saber si tú estarás

Decir que te quiero es mirar al gentío esperando encontrarte

Encontrarte en el pensamiento del que triste esta

Encontrarte en la sonrisa del que de la mano va

Encontrarte en la melodía del pájaro que canta sin yo saber que melodía es

Decir que te quiero es comunicar a los elementos mi sentir

Es murmurar a la quietud que el tiempo: buen tiempo es

Es pensar que el mañana está muy cerca

Es añorar que el hoy se prolongue solo un ratito más

Es tener la incertidumbre preguntando por ti océano

Es desesperación que se cura cuando estás aquí

Decir que te quiero no solo es una acción

Decir que mi piel extraña tu acelerado latir

Decirte te quiero no es rutina

No es pregunta que busca respuesta

No es abrazo frio en la noche agavillada

No es deseo que busca complacencia

No es algo que no tenga sabor

Decirte te quiero es sentir que en mi erosionado ser; nace un verde sentir

viernes, 29 de abril de 2011

Solo aveces

Somos agua
aveces polvo
Agua que corre
polvo suspendido
corre por caminos
volátil en el viento
desconocidos asía el fin
que lo lleva y lo trae.
Solo aveces podemos sin más ni más
ser lo que siempre quisimos ser,
dueños del devenir de la acción
prófugos de las circunstancias
asesinos del minuto
mesías de lo perdido
solo a veces podremos ser...

martes, 2 de noviembre de 2010

como siguen las cosas que tienen mucho sentido

Cuando te conocí no sabía que era lo que iba a suceder entre nosotros, eso es muy cierto, era uno de esos días que no sabes como van a terminar dado que no era mi día propiamente, era el día en que una amiga me invitó a formar parte de una celebración no mía sí de ella; en la lista de invitados imaginaba que iban a estar su familia y sus amigos más cercanos en ningún momento imagine que tú con tus seis letras ibas a estar ahí, ni sabía que ese momento precisamente sería el que encarrilaría dos trenes distintos en una misma dirección.
Ahora sabes que yo no soy de los que se distinguen por guardar la propiedad que los actos protocolarios exigen, mi irreverencia me ha ganado la mala fama de inoportuno pero muy seguramente me ha regalado menos bilis que los que se tragan el coraje de no decir lo que sienten en el momento que ocurre; te orille a un camino del que no podías escapar o mejor dicho del que no querías escapar, presto a las palabras lo que sigue: me gustaste no para un día ni una semana, me gustaste para más que eso; para ser la testigo fehaciente de que algún anónimo en algún momento inmemorial dejo algo para mi en esta caja de pandora que es la vida, y que crees, me toco abrirla y te toco salir o viceversa; la cosa es que nos encontramos en una enmarañada red de historias que nos mantiene afincados a una asfixiante realidad de la que nos escapamos cuando estamos juntos.
Te he dicho que en un mundo de seis mil millones de habitantes, en un país con 110 millones de devoradores insaciables y en una ciudad con tres y medio millones de narices tenía 1/30 500 000 de estar en el mismo sitio que tú y si a ello le agregamos el hecho de estar sentados codo a codo contigo las posibilidades disminuyen.
El amor no es una casualidad -cierto- empezamos como empiezan las cosas que tienen mucho sentido, tomando café, intentando a través de las palabras penetrar esa coraza que nos aparta de la cabal honestidad; te besé, me besaste y al fundirse nuestros labios desparramaron la emoción de sabernos comprendidos, fuimos en aquel beso dos astros cayendo al vacío del no saber que iba ocurrir, pero teniendo una ligera noción de que en la caída o en el ascenso nos mantendríamos juntos porque dos son mejor que uno y amar es en cierto sentido ver con perfección las imperfecciones del otro.
Lo reconozco, la he cagado, pero la vida -grandiosa maestra- aun lo ha cargado todo. Como se cargo a Romeo y Julieta, como se cargo a Lady Di, como se ha cargado a tantos que pudieron tener nuestra historia.
El amor no es algo; es alguien y bien sé que eres tú.
Las cosas han de seguir como siguen las cosas que tienen mucho sentido, yo, entregando lo mejor de mí y viceversa.
Hoy soy el ser mas dichoso de este utópico país.

By Emilio Zúñiga

lunes, 2 de agosto de 2010

Alivio de luto

Corrían las siete cincuenta por las calles de la capital, corría el tiempo buscando alivio al luto que lo embargaba, corrió hasta Balderas, volvió a Bellas Artes, anduvo por el chopo; descorazonada encontró la ciudad, mojada de tantas lagrimas que se vertieron sobre ella.

hace mucho que no me daba una vuelta por este espacio de abstracción espacial y es que el mundo no da para más. La muerte de don Carlos Monsiváis consterno mi credibilidad en mi mismo, de algo estoy seguro, volveré a escribir, había renunciado a las palabras por aquella cuestión rortiana del giro lingüístico y el limite de mi persona depositado en las palabras que uso. Hoy puedo decir que la ciudad de México llora la ausencia del que fuera no la conciencia intelectual de un país, llora la partida del que servía como conciencia mía.

Sobre el tema de las esperanzas depositas en los demás cabría la posibilidad de entrar en el quejumbroso mundo de las comparaciones dado que en estos días escuché a un taxista decir que el el chicharo Hernández sufría del peso que la afición mexicana deposito en él, lo confieso, no ví el mundial, pero si sé que no me perdí de nada.

Si el taxista tiene razón en su exquisita argumentación "por cierto yo no sabía quien era el chicharo", don Carlos desde cuando menos el 85 llevó sobre sus hombros el peso de ser quien debía dar la más clara resistencia ante el embate del capitalismo sobre los sectores populares. Ahora bien, en términos dramáticos, dado que en la vida no hay otra cosa que no sea una tragicomedia esquileana, que le espera a este país cuando el intelectual publico desaparece para ceder sus escaños a la academia siempre burocratizada y burocratizante, qué esta por venir.

A modo de salida:

Escuche tus palabras cual verdades bíblicas
con la diferencia que de las tuyas me reía,
leí tus escritos con la devoción del que busca
en los libros lo que en la vida le falta,
comenté más de una vez mi simpatía
hoy que ya no estás no puedo dejar de hacerlo,
ya no hay bohemios, ni columnas en domingo,
hoy más muerto que antes, estás.

Soy el sueño que no haz tenido por falta de imaginación.