Y así desperté, ahogado en sudor, sediento de alcohol. La realidad por mucho superó a mi imaginación. El alcohol contrario a lo que todos esos sanos empedernidos piensan, puntualiza cualidades que no todos saben apreciar. Le pone una tilde a la sinceridad, acaba con la hipocresía y a veces rompe con la cuadra-des. Así despertó, ahogado en alcohol, llenó de sudor y con una mordida en su labio inferior.
Si bien el Alcohol explota nuestro positivo lado inusual, también dinamita nuestro costado habitual; aquella noche no supo que iba a saber que se arrepentiría, en fin, lo bailado ni quien se lo quite, lo besado y lo mordido menos. Despertó con cruda moral...
Soy Emilio, la literatura mi pasión; la historia mi razón de ser.
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