jueves, 30 de julio de 2009

Azorín

Hay (bueno), hubo un novelista fascinante pesimista hasta el dedo gordo, evidente por las circunstancias de la España que le toco vivir, recupero sus palabras, háganlas suyas, contradigan las, retenlas, y vivan digna y comprometidamente lo que les toque vivir:

"Yo soy un rebelde de mí mismo; en mi hay dos hombres. Hay el hombre-voluntad, casi muerto, casi deshecho por una larga educación en un colegio clerical, seis, ocho, diez años de encierro, de comprensión de la espontaneidad, de contrariación de todo lo natural y fecundo. Hay, aparte de éste, el hombre-reflexión, nacido, alentado en copiosas lecturas, en largas soledades, en minuciosos autoanálisis. El que domina en mí, por desgracia, es el hombre-reflexión; yo casi soy un autómata, un muñeco sin iniciativas; el medio me aplasta, las circunstancias me dirigen al azar a un lado y a otro."

Azorín

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